domingo, 2 de septiembre de 2007

Reseña de Heaven and Hell

Fue el jueves y yo estoy haciendo la reseña el domingo, pero no importa:

Llegué al auditorio alrededor de las 18:00, el cielo estaba nublado, como debe de ser, saliendo del metro se podía ver a los ambulantes vendiendo Souvenirs, y a una gran masa de gente vestida de negro (entre la que se veían algunas niñas merol bien chidas). Cabe destacar la presencia de una gran cantidad de veteranos de metal entre el público (45 % del total o más).
Ya en el interior del recinto (como a las 20:00 hrs) escuchamos la música de AC/DC durante 30 minutos y luego se apagaron las luces. De repente un haz disperso y tenue iluminó las silueta de Dio, Tony y Geezer y entonces empezó el ruido poderoso con "The Mob Rules", por unos momentos hubo un círculo de gente que se levantó y se acercó al escenario para ver mejor, este círculo fue disuelto casi de inmediato por la fastidiosa eficiencia de los acomodadores del Auditorio Nacional quienes (bajo la filosofía: esta zona es solo para targetabientes Banamex que compraron en preventa) lograron mandarnos a todos de regreso a nuestros asientos, a pesar de la oscuridad.
Hablando de luz y oscuridad debo admitir que los juegos de luces durante todo el concierto tuvieron muy buena calidad.
Tocaron "Children of the Sea" y "Voodoo". La gente estaba eufórica, gritaban el nombre de "Dio" y el de "Tony" al final de cada canción, después de un tiempo se dieron cuenta de que se les olvidaba aclamar al bajista y empezaron a gritar "Geezer", al que nunca recordaron fue al baterista, pues en ningún momento los escuché gritar "Vinnie", pero eso es comprensible porque Vinnie Apicce no tiene importancia real.
Después de algunos otros temas llegó el momento "Die Young", Tony tocó un intro lento y distinto al del album y luego empezó el frenetismo y la distorsión que hacen de Die Young un clasico del Heavy, aquí fue cuando Dio demostró que conserva su capacidad vocal casi intacta y que sigue siendo superior a la voz de Ozzy. Luego vino la canción "Heaven and Hell", en la que el show de luces llegó al máximo esplendor y donde Tony hizo uso de sus lacerados dedos para realizar un solo de aproximadamente 10 minutos, el cual al principio inducía a agitar la mata y posteriormente se volvió hipnótico, podría decirse que hasta alucinógeno (desafortunadamente solo tiene ese efecto en vivo, escuchando la grabación en mi casa no resulta una droga tan poderosa).
Después de Heaven and Hell regresamos a este mundo. Los músicos se retiraron del escenario como es costumbre y luego de unos momentos regresaron para continuar el espectáculo. Destaca de esta etapa del concierto la aparición de una canción nueva, "The Shadow of the Wind". No resultó ser una creación majestuosa, pero aplasta a muchas de las creaciones de los rockeros actuales.
El segundo momento cumbre (el primero fue "Heaven and Hell") fue "Neon Knights", todo mundo enloquece y para nuestra desgracia fue la última canción. Pedimos que regresen, los organizadores encienden las luces y los Masters aparecen para despedirse del público. El baterista lanza al publico sus baquetas y Tony avienta tres pedazos de plastico con una increible falta de fuerza, los trozos de plástico desaparecen antes de tocar el suelo, no dando tiempo a los rezagados de conseguir los deseados amuletos que fueron tocados por el "Infernal Master" (al cabo que yo ni quería).
Se acabó, solo duró hora y media, eso me frustra un poco, pero valió la pena, tal vez nunca vuelvan a reunirse y es una alinaeción clásica. Terminó a las 10:00 y comenzó 8:30
Tristemente todo había terminado y había que volver al mundo real. Caminé entre los puestos de recuerdos, llegué al metro Auditorio y me dirigí a casa.
(El universo conspiró para que durmiera temprano y pudiera hacer mi examen el día siguiente. La moraleja de toda esta historia es: el universo es bien chido).